La naturaleza ha vuelto a hablar, y lo ha hecho esta vez en una zona del planeta donde mayor progreso hay, Japón, probablemente sea uno de los países del mundo más preparados están para soportar los efectos de un terremoto y un tsunami.
Desgraciadamente a pesar de ser un país tan avanzado ha habido víctimas mortales, se desconocen las cifras finales, pero a fecha de hoy podríamos estar hablando en torno al millar.
Japón siempre ha estado pendiente de su actividad sísmica al encontrarse en un lugar del planeta que es sensible a estos acontecimientos, Japón lleva muchos años preparándose, tanto en sus edificios, dotándolos de las mayores medidas de seguridad, como en predecir cuando y donde va a suceder un fenómeno de esta naturaleza, aun con todo esto la naturaleza ha podido con el hombre.
El terremoto y posterior tsunami han sido de los de mayor intensidad de la historia reciente, desde que hay aparatos para medir su intensidad, ha sido el mayor registrado, los daños han sido numerosos pero posiblemente hubiera sido de dimensiones dantescas si este mismo temblor hubiera sido en zonas como Haití, Indonesia, etc.
Uno de los mayores problemas de este seísmo es la fuga radiactiva que se ha producido en una central nuclear, los daños que se han producido en los reactores, seguidos de explosiones no son conocidos, no obstante las autoridades niponas ha desalojado a la población en un radio de 20 kilómetros.
Este accidente nuclear, seguramente reavive la polémica sobre las centrales nucleares en el mundo, posiblemente los detractores saquen pecho de su postura, quizá los que somos partidarios de esta fuente de energía tengamos que reflexionar y proponer que se refuercen las medidas de seguridad, la polémica la tendremos seguro en estos días.
Esperemos que Japón con su fortaleza económica y social salga adelante de esta tragedia, y vuelva pronto a su actividad.
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